Buscar a Dios por sus obras


Son muchos los caminos que nos pueden llevar hasta Dios, y todos son buenos y santos si nos conducen hasta él; pero hay un camino recomendado por Cristo a los judíos que no le creían : "Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, Pero, si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a mis obras." (Juan 10, 37-38)

Quizá el camino más fácil para encontrar a Dios sea a treves de la palabra, creyendo lo que nos dicen, porque esto lo arreglamos con un simple acto de fe, pero para mí resulta más convincente el buscarlo a través de sus obras porque en este camino, además del acto de fe para creer en su palabra se requiere el del conocimiento de sus obras y el del asentimiento de la razón.

Las obras de Dios van dejando multitud de huellas tanto en el camino de la ciencia como en el de la historia y en Edel diario vivir de las gentes.

Desde siempre el hombre ha seguido las huellas para llegar hasta aquello que quiere encontrar. Pensemos en la policía, cuando quiere atrapar a un criminal buscan huellas por todas partes, éstas estas los llevan a descubrir de forma segura al criminal. También los médicos nos curan siguiendo las huellas de los males. Cuando acudimos a una consulta lo primero que nos preguntan es que síntomas tenemos. ¿Y que son los síntomas? Las huellas que van dejando los males en nuestro cuerpo.

Otro caso habitual es el de los cazadores que por las huellas descubren a la pieza que van persiguiendo.

SEGUIMIENTO DE LAS HUELLAS QUE DIOS VA DEJANDO EN EL CAMINO DE LA CIENCIA

La complejidad de lo creado. La complejidad cada vez mayor que se observa en todo lo que los científicos van descubriendo nos lleva a pensar que en la creación hay muestras de inteligencia y racionalidad. Si en la creación hay inteligencia será porque el creador también es inteligente- Si admitimos esto o podemos admitir la teoría que hoy sostiene mucha gente de que procedemos de la naturaleza y el evolucionismo. La complejidad de lo que descubrimos nos lleva a entender que somos producto de un ser inteligente y no del mero evolucionismos dirigido por el azar a través del tiempo.

Complejidad es la dificultad existente para que varios elementos de un mismo sistema interactúen entre sí de forma coordinada. A mayor número de elementos mayor dificultad para su coordinación.

Un ejemplo de complejidad puede ser el funcionamiento de nuestro propio cuerpo. El cuerpo humano está compuesto de diversos órganos: Cerebro, pulmones, corazón, etc. Todos estos órganos tienen que actuar de forma coordinada para conseguir el fin último que es conservar la vida en el cuerpo. Si el corazón bombea menos sangre de la precisan el resto de los órganos éstos acaban muriendo; si los pulmones no suministran el oxígeno necesario pasa lo mismo, mueren el resto de los órganos. ¿Quien le ha dado a estos órganos las normas y las medidas qué tienen que seguir para que todo funcione de forma coordinada? ¿El azar? El azar es todo menos orden.

Y la complejidad de nuestro cuerpo no acaba ahí. El motor que mueve todo esto son las pequeñísimas células de las que estamos compuestos. Se calcula que en el cuerpo humano haya entre 30 ó 40 billones de células organizadas por grupos; cada grupo de células está especializado en atender las funciones propias del órgano a que pertenecen. ¿Quien ha hecho que cada una de esas pequeñísimas células conozca su cometido y lo realice a la perfección durante muchos años?

Para mayor asombro cada célula solo tiene el tamaño de 0,01 mm de diámetro, y no es más gruesa que un cabello. En tan pequeño espacio realizan funciones muy precisas como la de recibir y transmitir información entre ellas para la conservación de nuestro cuerpo. Ante esta maravilla de orden y control uno no puede menos de preguntarse ¿Pueden el azar y el tiempo haber organizado todo esto? ¡Parece poco menos que imposible!

Otro caso de complejidad extrema lo tenemos en el descubrimiento de ADN. Esto ha hecho reflexionar a muchos científicos no creyentes que han pasado de negar la existencia Dios a creer que solo “Alguien inteligente” puede ser capaz de crear las cosas que vamos descubriendo, desechando así la naturaleza como origen de todo lo creado. Dicen que en el ADN hay información para llenar de libros una buena librería. ¿Llegaremos algún día a conocer toda esa información?

Ajuste fino del universo. Esta es otra de las cuestiones que inducen a pensar que tiene que haber habido una inteligencia superior que haya puesto orden en la creación del universo.

Para que haya vida en la Tierra se requiere que el sol, la luna y la tierra, tengan unas medidas exactas en cuanto a su posición, volumen etc., y la pregunta que cabe hacerse es ¿quien ha hecho que estos astros tengan esas posiciones y esos volúmenes exactos para que se desarrolle la vida en nuestro planeta? ¿Es el azar o ha habido una inteligencia que ha querido que sea así por algún motivo especial?

HUELLAS DE DIOS EN LA HISTORIA

Nuestra religión tiene una larga historia; comienza con Abraham, y sigue sin interrupción hasta hoy, y seguirá después de nosotros. Esta religión lleva varios siglos de existencia expuesta a todo tipo de críticas por parte de científicos, de filósofos, de historiadores y de gente empeñada en expulsar la religión de nuestra sociedad, y hasta hoy nadie ha conseguido erradicarla de la faz de la tierra. También esto podría ser un signo de que hay Alguien, y no el azar interesado en sostenerla.

Huellas de Dios en el Antiguo Testamento: Las revelaciones.

Revelar viene del latín re-velare, es decir, descorrer el velo que oculta algo para que se vea lo que esta oculto. La revelación de Dios consiste en que él libre y voluntariamente nos va descubriendo algo de sí mismo. ¿Y por qué no se revela de una vez a todo el mundo y no que solo lo hace a determinadas personas y de forma muy escalonada? No podemos entrar en los planes de Dios por lo que hemos dicho antes: él tiene un cocimiento sumo de todas las cosas y nosotros lo tenemos muy limitado. Él no puede pensar ni obrar como nosotros.

Los pequeños, por su corta edad tienen menos conocimientos que los mayores, pero se fían de ellos y aceptan sus consejos, y bien que les va. Quizá los mayores tengamos que aprender de los pequeños para saber cómo tenemos que comportarnos respeto a Dios. Por algo decía Cristo que si queremos salvarnos tenemos que hacernos como niños.

Con relación la cuestión de por qué Dios se vela a unos y no a otros el apóstol Tadeo se lo preguntó al Maestro y la respuesta viene a ser que él se revela a los que lo aman, (a los que lo buscan), y no lo hace a quienes lo rechazan (Evangelio de San Juan 14, 21-26).

Aquí puede estar respuesta de por qué unos creen y otros no. Dios se revela a los que lo buscan y se oculta ante quienes lo rechazan

Dios se ha ido revelando al hombre progresivamente en etapas sucesivas. Primero se reveló a las personas ( Abraham, Isaac, Jacob…); después se reveló a todo el pueblo de Israel en la travesía del desierto. Más tarde habló por medio de los profetas enviándolos a los pueblos con mensajes para que se arrepintieran de sus pecados, o dándoles el don de la profecía. Dios nunca ha dejado de comunicarse con los hombres: Primero en el Antiguo Testamento, después en el Nuevo por medio de Cristo y ahora a través de la Iglesia en encuentros personales con sus fieles.

¿Sigue comunicándose Dios hoy con el hombre? Sí, y lo hace muy frecuentemente a través de los encuentros personales entre Dios y el hombre.