Creer en Jesucristo


¿Qué creemos los católicos respecto a Cristo?

Creemos lo que confesamos en el credo: “Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infierno y al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos”.

Creer que Jesucristo fue concebido por Obra de Espíritu Santo, que nació de una Virgen, que es Hijo de Dios, y Dios mismos con el Padre y el Espíritu Santo, y creer que resucitó de entre los muertos con una naturaleza diferente a la de todo hombre, es creer que existen los hechos extraordinarios o milagros que sólo puede hacer un Dios omnipotente. En los milagros se puede creer por dos vías: Una porque tu mismo los presencies o los vivas como sujeto directo y la otra es que creamos a quienes los han vivido y nos cuentas sus experiencias. Los primeros cristianos, los apóstoles y los contemporáneos de Cristo creyeron porque vieron que hacía cosas que están fuera del alcance de los hombres. Los apóstoles, entre otros muchos, fueron testigos de sus milagros, y ellos mismos lo vieron resucitado después de haber muerto clavado en la cruz, y hablaron y comieron con él.

Los cristianos hoy creemos estas cosas de Cristo porque creemos a los apóstoles, y creemos a los apóstoles porque dieron testimonios con su palabra, con sus escritos, con su ejemplo de vida, y hasta con el martirio, pues según la tradición todos, menos Juan el Evangelista, soportaron el martirio defendiendo que lo que afirmaban sobre Cristo era cierto. A todo esto muchos añadimos que creemos también porque nuestras experiencias vividas van por esta línea. No creemos por la ciencia, creemos porque tenemos fe en quienes nos precedido.

Resumiendo podemos decir que creemos en Jesucristo porque creemos lo que han dicho y escrito los apóstoles, y creemos esto porque creemos que la Iglesia ha guardado fielmente lo que estos enseñaron, y creemos que la Iglesia ha guardado fielmente estas enseñanzas porque nos convencen mas los argumentos de los expertos que defiende esta tesis que los de los expertos e inexpertos que la niegan.

¿Es irracional creer que Cristo resucitó?

El punto principal para creer que Cristo es el Hijo de Dios es su resurrección. No sabemos como fue ésta, porque no hay testigos de la misma, pero sí hay muchos testigos de haberlo visto resucitado con una naturaleza diferente a la que tenemos los hombres en la tierra.

San Pablo en Primera a Corintios, 15,3-8, dice: “Os transmití en primer lugar lo que a mi vez recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras. Que se apareció a Cefas y luego a los doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales la mayor parte todavía viven y otros murieron; luego se apareció a Santiago; más tarde a todos los apóstoles. Y en último lugar se me apareció también a mí..... Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos”´

Los primeros apóstoles no creyeron porque otros se lo contaron, ni porque así lo enseñase la ciencia. Creyeron en la resurrección de Cristo porque ellos lo vieron. ¿Cabe alguna postura mas lógica que la de creer que es cierto lo que tantos vieron? ¿Alguien puede pensar que esto fueron

alucinaciones de todos y cada uno de los que cuentan haberlo visto y charlado con él? ¿Alguien puede creer que esto lo contaron para obtener algún lucro personal? ¿No fue mas bien lo contrario, que esto les acarreó muchos problemas y hasta la muerte en el martirio? Si no era verdad ¿por qué dieron su vida por defender que lo era?

¿Por qué creemos en Jesucristo?

Creer en Jesucristo exige creer previamente en un Dios sabio y poderoso, creer que este Dios es infinitamente superior al hombre, y por lo mismo que es capaz de realizar hechos extraordinarios.

No puedo decir por qué creen otros en Jesucristo, pero sí puedo decir por que creo yo, y pienso que habrá muchos como yo que podrán exponer razones similares a las mías, aunque mejor explicadas.

Mis razones para creer en Jesucristo son éstas:

a) En primer lugar, por la gracia de Dios. Creo que es un don de Dios haberme hecho nacer y crecer en un ambiente cristiano donde se me ha dado a conocer esta historia de Cristo

b) Porque confrontadas las opiniones de los que afirman que hay indicios racionales para creer en la veracidad de la Escrituras con las opiniones de quienes lo niegan, me parecen más creíbles las opiniones de los primeros que las de estos últimos.

c) Porque a mi juicio hay testimonios humanos creíbles de que Dios existe y de que ese Dios ha actuado y sigue actuando visiblemente en las vidas de muchos hombres.

d) Y, finalmente, porque mis experiencias personales corroboran estas creencias.

Maticemos estos puntos:

Primero: Creo que Dios da a unos unas gracias y a otros otras, y que pide a cada uno responsabilidades de acuerdo con lo que se le ha dado. Si a quien se le da más gracia se le exige más no hay injusticia respecto a otro que se haya recibido menos.

Segundo: Entre los científicos, filósofos y teólogos estudiados hay opiniones diversas. Unos creen en Dios y otros lo niegan. Comparando unas opiniones y otras, a mi personalmente me convencen mas los argumentos de quienes afirman que las Escrituras son creíbles que los argumentos de quienes lo niegan.

Tercero: Existen innumerables testimonios de personas que afirman tener evidencia de la intervención divina en sus vidas. Pienso que muchos que afirman esto no son creíbles, pero conozco otros que si los creo, sencillamente porque yo he vivido situaciones semejantes a las que ellos describen.

Cuarto: Mis experiencias personales han estado en los dos bandos, en el de los creyentes y en el de los increyentes. Hoy tengo que reconocer sin ambages que he vivido situaciones que para mí son evidencias claras de que Dios existe, y de que puede cambiar toda una vida haciendo que se disfrute de una felicidad que las cosas de aquí abajo no pueden dar.

Termino este punto reiterando lo antes dicho: No se puede creer en Jesucristo si antes no se cree firmemente en un Dios sapientísimo y poderosísimo. Si ese Dios no existiera y no fuera mucho mas sabio y poderoso que los hombres tampoco no se podría aceptar la encarnación del Hijo de Dios, ni que Cristo haya hecho milagros, y menos que haya resucitado. La sociedad de hoy carece de la fe en este Dios, y eso es lo primero que tenemos que recuperar, porque este Dios existe y da pruebas de ello.

Enseñanzas de Cristo

Aunque todo lo que enseña Cristo es fundamental para la vida del cristiano, podemos resumir sus enseñanzas en los siguientes párrafos donde nos dice qué es lo que debemos hacer. En el Evangelio de Lucas leemos: "Un intérprete de la ley se levantó y dijo a Cristo para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?". Y Cristo le responde: "¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquél respondiendo, dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” Y Jesús le dijo: “Bien has respondido; haz esto, y vivirás" (Lucas 10:25-28).

En otra ocasión se le acercó uno y le dijo: ¿Maestro, que he de hacer de bueno para conservar la vida eterna?. Y Cristo le respondió: Si quieres entrar en la vida eterna guarda los mandamientos. ¿Cuáles, le dice él? Y Jesús dijo: “No mataras, no cometerás adulterio, no levantarás falso testimonio, honra a tu Padre y a tu madres, amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mt.19,16)

En los párrafos transcritos Jesús está señalando lo más importante de su doctrina. Puede llamar la atención que aquí no haga mención a santificar las fiestas, ni a ir a misa, esto que tanto practicamos hoy los católicos. ¿Es que esto no es importante?. Jesús, en uno de los momentos más solemne de su vida, en la última cena, nos dejó un mandato muy claro, el de celebrar la misa: “Tomó el pan y el vino y dándoles a comer y a beber les dijo “Haced esto en memoria mía

La Iglesia ha establecido cómo y cuándo se celebra la misa, pero la obligación de participar en ella todos los cristianos es un mandato explicito de Cristo, como lo es el bautizarse y el de anunciar el Evangelio. “Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19), y en Mc 16,16 leemos; El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.

La misa y el bautismo no son inventos de los curas para ganar dinero, son mandatos expresos de Cristo porque nos hacen falta para nuestra salvación, no para la salvación de los curas. A veces decimos un poco a la ligera: Mi hijo –o el hijo del vecino- no va a misa ni bautiza a sus hijos, pero es mejor que muchos que van a misa y bautizan a los hijos. Sí, quien vive así será muy buena persona, pero no es buen cristiano porque no hace lo que Cristo enseña. Para salvarse no basta ser buena persona ante la gente, hay que ser bueno también con Dios, y no parece que pueda ser bueno con Dios quien no quiere hacer lo que él manda. No solamente hay que amar a los hombres, también hay que amar a Dios sobre todas las cosas. Este es el primero y principal mandamiento de la Ley dada por Dios a Moisés y ratificado por Jesucristo.