Hablemos de nuestra Iglesia


Las Iglesias.

Si eres de los que creen que tiene que haber un Dios, seguro que te interesará saber cuál es el Dios verdadero, y si es cierto o es un cuento eso de que Dios puede castigarnos por lo malo que hagamos y premiarte por lo bueno. Para dilucidar estos problemas están las religiones. Tú solo no llegarás a ninguna parte, y quieras o no, lo creas o no, te juegas mucho en ello.

La Iglesia católica.

Es la Iglesia en la que militan más fieles. Más de 1200 millones, incluidas las 23 Iglesias Orientales que están en comunión con el Papa. Fue fundada por Cristo poniendo a Pedro al frente de ella: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Todos los Papas posteriores debidamente nombrados por el Colegio Apostólico se consideran sucesores de Pedro, y como tales herederos de las promesas de Cristo a su Iglesia. Esta Iglesia está formada por la Iglesia triunfante (los santos que ya están en el cielo); la Iglesia purgante, (los que están en el purgatorio); y la Iglesia peregrina que la formamos todos los cristianos que vivimos en la tierra y aceptamos la autoridad del Papa. Al decir que creemos en la Comunión de los Santos estamos confesando que creemos que hay intercomunicación entre las tres Iglesias: Los Santos pueden ayudarnos a nosotros desde el cielo, y nosotros con nuestras oraciones podemos ayudar a los que están en el Purgatorio.

La Iglesia peregrina.

Todos los hombres somos peregrinos en la tierra. Esto no es una metáfora, es una realidad que con frecuencia perdemos de vista y nos despistamos. Desde que nacemos vamos peregrinando. ¿Hacia dónde? Hacia la nada dicen los más escépticos. Hacia la eternidad, dice nuestra Iglesia ¿Quién tiene razón? Ningún hombre sensato puede permanecer indiferente ante esta interrogante, porque nos va en ello la felicidad o la condenación eterna. Podemos creer lo que queramos, pero nuestra creencia no cambia nada, lo que realmente cuenta es la realidad que exista. Y eso es lo que nos interesa saber para obrar en consecuencia. En tiempos no muy lejanos se vivía en España esta preocupación por ir al cielo, pero últimamente parece que ya no nos importa ni el cielo ni el infierno, y nos hemos olvidado de ellos, perdiendo así la guía que debería orientar nuestro peregrinar en la tierra. Desde aquellos tiempos que muchos recordamos con nostalgia hasta hoy han cambiado mucho las cosas. Hemos ganado mucho en libertad, pero tenemos la sensación de que hemos perdido en responsabilidad, y mucha libertad con poca responsabilidad “tortazo” seguro, más bien pronto que tarde.

Decíamos antes que en la Iglesia católica militan 1.200 millones de fieles distribuidos por todo el mundo, cada uno con sus costumbres y su cultura. ¿Alguien puede pensar que todos estos pueden ser santos? ¿A qué rasgarse las vestiduras porque haya muchos pecadores en ella? La Iglesia es para los pecadores que quieren dejar de serlo, no solo para los que son santos.

Misión de La Iglesia.

La Iglesia fue creada por Cristo para enseñar su doctrina a todo el mundo, y para que cumpliéndola se salven los hombres, encargando esta misión a los apóstoles y sus sucesores. La misión de anunciar el Evangelio lleva implícita también la de velar porque no se corrompa el verdadero espíritu de las Escrituras y la de acompañar a los fieles en las prácticas religiosas.

Para eso se creó esta Iglesia peregrina en la tierra, y eso es lo que intenta hacer la Iglesia lo mejor que sabe y puede desde hace 20 siglos, con sus aciertos y con sus yerros, con sus vicios y sus virtudes, porque aunque es de creación divina su gobierno en la tierra está encomendado a los hombres. Organizar mil dos millones de hombres extendidos por todo el mundo no tiene que ser nada fácil. Una Iglesia que lleva funcionando más de dos mil años y sigue extendiéndose por todo el mundo alguna cosa buena tendrá cuando tantas personas llevan aceptándola tanto tiempo. Para disfrutar de estas virtudes hay que vivir como enseña la iglesia.

¿Qué otras misiones realiza la Iglesia Católica?

Es característico de todo el cristianismo promover misiones asistenciales y de caridad, y eso ha dado lugar a que muchos vean a la Iglesia como una ONG más. Esta es una visión equivocada de lo que es la Iglesia Católica. Ésta no es una institución civil. Se diferencia de éstas por su naturaleza, por sus fines y por sus medios. Las asociaciones civiles tienen generalmente un fin político, económico o social. El fin de Iglesia, quede claro, es anunciar la palabra de Cristo y acompañar a sus fieles en el camino de su salvación eterna. Está al servicio de Dios, no de ninguna institución humana. Si promueve misiones asistenciales es movida por las palabras del Evangelio: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, (practicar la caridad) conmigo lo hicisteis." (Mat 25-31). Por mandato de Cristo la Iglesia dedica tanto tiempo a misiones asistenciales consciente de que eso, como todo lo mandado por Cristo, es bueno para el hombre y para la sociedad.

La Iglesia, ¿ha sido buena o mala para la sociedad?

Sus enemigos la acusan de que ha sido perjudicial porque dicen que ha promovido guerras y divisiones en la sociedad. Esto puede ser cierto en algunas épocas. Pero la eficacia de una institución con más 2.000 años no se mide por la historia de una época concreta sino por su trayectoria a través de toda su historia, y si hacemos esto el balance es muy positivo a favor de la Iglesia. Precisamente la cultura Occidental, que es la más influida por esta Iglesia es la cultura más adelantada en toda la tierra.