CRISTIANISMO QUE VIENE

Por Jesús H. Criado  (Junio 2013) 

     
  Hace muchos años  Josef  Ratzinger era Profesor de teología en Alemania, y en una entrevista radiada pronosticó lo siguiente con relación a la Iglesia:


  "Después de las actuales crisis, la Iglesia que surgirá maña­na tendrá que ser despojada de muchas cosas que ahora toda­vía mantiene. Será una Iglesia más bien pequeña. Y tendrá que recomenzar, como lo hizo en sus principios. Ya no tendrá condi­ciones de llenar los edificios que han sido construidos en sus periodos de gran esplendor y  perderá muchos de los privilegios que ha acumulado en la sociedad. Aprobará formas nuevas de ministerio; convocará al presbiterio a cristianos probados que ejercen simultáneamente otras profesiones. Todo esto va a hacerla más pobre; será una Iglesia de gente común.  Todo esto no va a acontecer  de un momento a otro. Va a ser un proceso lento y doloroso” .

  Aquel tal Ratzinger es hoy el Papa emerito Benedicto XVI. ¿Seguirá manteniendo lo dicho en aquella profética entrevista de hace 45 años? Los acontecimientos parecen darle la razón.

Recientemente un equipo de sociólogos de varios países han investigado sobre  la situación actual del cristianismo en Europa, y su conclusión es que dentro de poco tiempo desaparecerá el cristianismo en  seis países europeos, y en un plazo un poco mas largo podría desaparecer en gran parte de Europa. Los argumentos que aducen para hacer este pronostico son  que la sociedad actual ve la religión católica como una ideología  obsoleta.  Ponen como ejemplo el problema de la sexualidad. Hoy –dicen-  la sexualidad no puede vivirse conforme a la doctrina que predica la Iglesia, y la prueba es que  no se vive así  ni entre sus propios creyentes. A lo más, siguen diciendo,  puede que permanezca un cristianismo sentimental, pero que no influirá para nada en la sociedad, como ya ocurre en algunos países.   
Otros, con Jenkins a la cabeza,  sostienen que no desaparecerá el cristianismo, sino que emergerá uno nuevo con una forma distinta de entenderlo y practicarlo.  Para hacer este pronostico se basan en  que hoy existe  mucha competencia, y que conviven las ideas religiosas con las ateas, y si la iglesia católica quiere mantenerse tendrá que convencer a la gente de que su doctrina es  mejor que  la de la competencia.  Esto obligará a la Iglesia a una nueva forma de evangelización.

Lo que hoy nadie discute es que si la Iglesia quiere sobrevivir en el postmodernismo que vivimos tiene que cambiar muchas cosas. El Papa lo ha dicho en Luz del Mundo:  “No podemos seguir adelante como hasta ahora. La humanidad está ante una bifurcación. Se podrían enumerar muchos problemas que existen en la actualidad, y que es preciso resolver, pero solo se pueden resolver si se pone a Dios en el Centro”.

Este es el panorama que hoy se presenta a los cristianos: transformación o desaparición, y en este escenario es en el que tenemos que movernos. ¿En qué modo nos afecta esto a los miembros de Vida Ascendente? Los más viejos no conoceremos este cambio, pero todos, los viejos y los jóvenes estamos llamados  ya a trabajar  para que en ese cambio permanezca Dios en medio de los hombres por su propio bien y el de la sociedad.

No podemos prescindir en nuestro apostolado de la atención a los más necesitados; esta ha sido siempre la bandera del cristianismo, y tenemos que seguir con ella porque es un mandato de Cristo, pero esto no basta para hacer presente a Dios entre los hombres. También los no creyentes se compadecen de los necesitados, y no podemos decir que sean cristianos. Cuando el cristianismo se extendió, los apóstoles eligieron diáconos para que se encargaran de atender a los pobres, mientras que ellos  siguieron ocupados en la predicación de la palabra de Dios. 
Creo que el apostolado de hoy tiene que ir enfocado a predicar esa palabra dando razones lógicas y creíbles de por qué creemos en la existencia de Dios, en la divinidad de Cristo y en  la misión salvífica de la Iglesia. Sobre estos tres pilares se fundó el cristianismo, y los tres siguen siendo necesarios para su supervivencia.
La iglesia necesita hoy cristianos con prestigio personal. No es el ejemplo el que arrastra, como se nos viene diciendo, es el prestigio que vemos en quien da el ejemplo. A un ignorante no trata de  imitarlo nadie. Nuestros hijos dicen con frecuencia: Mis padres son unas bellas personas, pero los pobrecillos no tienen estudios, no tienen formación. Y por eso no quieren seguir nuestro ejemplo.  Para tener prestigio personal  no hace falta saber mucho,  tener mucha fama o mucho dinero, pero le vienen bien unos conocimientos en consonancia con los tiempos que se viven y obrar con honestidad y responsabilidad   en todos los ámbitos de la vida.

Y tenemos que empezar a actuar ya, porque el futuro se nos echa encima a pasos agigantados, el pasado se nos queda obsoleto, y el presente está que hace aguas por doquier.  Stefan Jobs, el mago de las nuevas tecnologías de Appell dice que la gente muchas veces no sabe lo que quiere hasta que no se lo enseña. Hoy la gente está buscando alguien  que ponga remedio al desmadre y a las corruptelas que se viven en la sociedad, y ese alguien capaz de poner remedio a nuestros males es Cristo. Y alguien tiene que decírselo a esa muchedumbre que hoy no conoce a Cristo, y nadie más indicado para hacerlo que los  mayores, los viejos, nosotros que sabemos que esto es así por propia experiencia. Pero para anunciarlo necesitamos la preparación adecuada, y a mi modo de ver esto es lo que nos falta. 

Volver indice lecturas religiosas

Volver pagina principal