UN PASO ATRÁS PARA LA CIVILIZACION
Stephen Hawking
Publicado en El Mundo 26-1-14

¿SERAN LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA UNA AMENAZA PARA LA CIVILIZACIÓN DE NUESTRO PLANETA?

  Aristóteles, uno de los más famosos filósofos griegos, creía que el universo había existido siempre. La razón por la que, en su opinión, no estamos más desarrollados era que las inundaciones u otros desastres naturales volvían una y otra vez a retrotraer la civilización de nuevo al principio.

Hoy nos desarrollamos cada vez" más rápidamente. Nuestro conocimiento está creciendo de manera exponencial y con él, nuestra tecnología. Sin embargo, en nuestra condición de seres humanos, aún tenemos instintos y los impulsos agresivos que teníamos en los tiempos del hombre de las cavernas. La agresividad ha aportado indudables ventajas de cara a la supervivencia pero, cuando la tecnología moderna coincide con la agresividad ancestral, toda la raza humana y la mayor parte del resto de la vida eh la Tierra están en peligro.
Hoy en Siria vemos que se está utilizando tecnología moderna en forma de bombas, productos quí­micos y otras armas para favore­cer unos denominados fines políti­cos inteligentes.
No obstante, no hace que uno se sienta inteligente el contemplar que se asesina a 100.000 personas o que los niños están en el punto de mira. Y hace que uno se sienta manifiestamente estúpido el hecho de que se impida que llegue ayuda humanitaria a clínicas en las que, según informa [la organización no gubernamental] Save the Children, están teniendo que amputar miem­bros a niños por falta de servicios básicos y en las que están muriendo recién nacidos en incubadoras por falta de energía eléctrica.
Lo que está ocurriendo en Siria en la actualidad es algo abominable, una abominación que el mundo observa con frialdad y a distancia. ¿Dónde están nuestra intel­gencia emocional, nuestro sentido colectivo de la justicia?
Cuando hablo de vida inteligente en el universo, aprovecho para incluir a la raza humana, a pesar de que en gran medida su compo­tamiento a lo largo de la Historia parece que no se ha planeado para contribuir a la supervivencia de la especie. Y, si bien no está claro que, a diferencia de la agresividad, la inteligencia aporte algún valor para la supervivencia a largo plazo, nuestra muy humana forma de inteligencia denota una capacidad para razonar y planificar, no sólo para nosotros mismos, sino también para nuestro futuro colectivo.
Tenemos que trabajar entre todos para poner fin a esta guerra y para proteger a los niños de Siria. Durante tres años hemos contemplado  desde la barrera cómo se encona este conflicto, llevándose por delante toda esperanza. Como padre y abuelo, veo el sufrimiento de los niños de Siria y ahora digo: nunca más.
Con frecuencia me pregunto qué es lo que les debemos parecer a otros seres que nos observen desde el espacio insondable. Al con­templar el universo, estamos viendo unos tiempos pasados, porque la   luz que  procede de objetos distantes nos llega mucho, muchísimo más tarde. ¿Qué es lo que revela la luz que se emite hoy día desde nuestro planeta? Cuando otros vean nuestro pasado, ¿estaremos orgullosos de lo que les estamos mostrando? ¿Cuál es el trato que, en cuanto hermanos, nos dispensamos entre nosotros? ¿Cómo permitimos que nuestros hermanos traten a nuestros hijos?
Ahora sabemos que Aristóteles estaba equivocado: el universo no ha existido siempre. Todo comenzó hace unos 14.000 millones de arios. Sin embargo, estaba en lo cierto sobre, que los grandes desastres representan importantes pasos hacia atrás para la civilización. Es posible que la guerra de Siria no represente el fin de la Humanidad, pero cada injusticia que se comete es un desconchón en la fachada de lo que nos mantiene unidos. El principio universal de la justicia no puede tener sus raíces en la física, (en las ciencias) pero no es menos fundamental para nuestra existencia. Porque, sin ella, (sin la lusticia) en poco tiempo los seres humanos dejarán seguramente de existir.

Stephen Hawking fue el titular de la Cátedra  Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge y es autor de A brief histoty of time (Una breve histo­ria del tiempo).

 

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