CREER EN  LA IGLESIA CATÓLICA  

 

Mayo, conocida por sus constantes y rabiosos ataques a la Iglesia Católica, escribió una carta al Papa Francisco en la que le decía: “Permítame que me dirija a usted como Don Francisco, ese Francisco que descubrí ahora  (llevaba ya 30 años combatiéndolo). Don Francisco, no sabía de su trabajo pastoral, sólo sabía que el máximo dirigente de la iglesia argentina habitaba en la catedral. Hoy, ante mi sorpresa, escucho a muchos compañeros explicar de su entrega y trabajo con los pobres en las villas”.¡Llevaba 30 años atacando al Cardenal Bergoglio y no sabía quien era ni que hacía! Simplemente lo ataba porque era el Jefe de la Iglesia ¿Cuántos como esta señora están atacando hoy rabiosamente a los curas y a la Iglesia sin saber qué es lo que están haciendo?

 Qué es la Iglesia Católica ?

    La Iglesia Católica es la gran desconocida, no sólo por esos que la atacan  furibundamente, sino también por esa otra masa que dicen ser creyentes no practicantes, y aun por  muchos creyentes practicantes. ¿Qué saben de la Iglesia esos que declaran católicos no practicantes? Saben lo que cuentan los medios de comunicación. Y estos, por ahora, solo cuentan sus defectos, pocos publican sus virtudes.

    Jaques Maritain, filósofo francés,  cuando él y su mujer estaban pensando pasarse al catolicismo, se resistían a dar el paso definitivo porque no les convencía la Iglesia Católica, hasta que  pensaron que si hubieran encontrado una perla en medio de un estercolero se habrían metido a cogerla. Esta reflexión le ayudó a vencer su escrúpulo a cerca de la Iglesia.  ¿Es la Iglesia católica un muladar? Desde la periferia puede percibirse como tal, pero quienes estando dentro han seguido fielmente sus enseñanzas han descubierto esa perla preciosa, que no es otra que la felicidad que da el amar y sentirse amado por el mismo Dios. Esta es la mayor felicidad que un hombre puede sentir 

He aquí la idea que algunos tienen de la Iglesia:  La Iglesia católica, dicen, es un negocio dirigido por el Papa y los Obispos que viven de los incautos que consiguen engañar. Otros dicen: La Iglesia es una institución que va contra la ciencia y el progreso, y condena los descubrimientos sobre el hecho evolutivo, como es el uso de anticonceptivos, etc. Otros dicen que la Iglesia es una institución que se ha dedicado a juntar riquezas a cualquier costo, aún con sangre, como hacían con la diabólica Inquisición, que los torturaba, los quemaba y les confiscaban  todos sus bienes. Otro define a la Iglesia como "una Institución que tiene una experiencia de dos mil años en el arte de engañar y hacer maldades impunemente. Un blog  publica lo siguiente: “La teología, la historia de la Iglesia, y las Sagradas Escrituras son temas rentables para los teólogos de todo tipo. Todos, sin posible excepción, se apoyan en mitos y sólo en mitos, como lo es la divinidad de Jesús, la redención, el pecado, el alma, la vida eterna. Todo una farsa mítica. Sólo hay mitos, lo demás son opiniones; y reto a todos los teólogos y sacerdotes que me demuestren lo contrario. A que me den una sola prueba de Dios, del alma, de la inmortalidad, de la divinidad de Jesucristo..”  Publicado el 13/02/2013 por http://blogs.elpais/papeles-perdidos. Firma Primitivo Martínez.

¿Son éstos casos aislados? Todo lo contrario. Ideas como estas se  difunden a diario en las secciones de opinión de los medios de comunicación y en la redes sociales. Hoy día tenemos que prestar atención al nuevo ateismo moderno con ideas mucho más radicales.  “Las religiones, dicen los intelectuales de este ateismo, (Dawkings, Dennet, Harris, Hitchens ...) son un grave  peligro para la humanidad porque solo  acarrean guerras y sufrimientos. Prueba de esto es la historia del cristianismo, la del judaísmo y la del islamismo que han originado un reguero de indecibles sufrimientos y muertes por ridículas disputas teológicas. Se refieren, entre otras cosas,  a las guerras entre religiones, a la Inquisición y a la Yihad.  Consecuentes con esta creencia piden a sus partidarios, -que cada vez son más- que luchen por erradicar la fe religiosa de la sociedad combatiendo a las Iglesias y a todo lo que fomente el espíritu  religioso. Esta es la situación en la que nos encontramos.

 ¿Por qué la Iglesia tiene hoy tan mala imagen?

 Pueden ser muchas y variadas las causas que han dado origen a esta degradación de la imagen de la Iglesia, pero entre otras podemos decir que en gran medida es debido a los medios de comunicación porque vende más publicar sus defectos que sus virtudes,  y en segundo lugar porque quienes militamos en ella no hemos estado a la altura de las circunstancias para presentar el verdadero rostro de la Iglesia de  Cristo. En los medios de comunicación y en muchos centros culturales se presenta hoy a la Iglesia Católica  como una institución que históricamente ha acarreado grandes males a la sociedad y que actualmente se ha quedado obsoleta por antidemocrática y contraria al progreso y a la ciencia. Algo bueno habrá traído a la humanidad, digo yo,  cuando ésta permite su supervivencia. Se  dice que la civilización Occidental se ha cimentado en el derecho romano, la filosofía griega y el humanismo cristiano. El humanismo es la gran aportación del  cristianismo a nuestra civilización, y este humanismo es el que ha servido de base para  establecer la Carta de Derechos Humanos que hoy todos defendemos. El cristianismo fue el primero en establecer que la dignidad del hombre proviene de ser hombre, no del valor en las guerra o de la productividad en su  trabajo.

Quien quiera acusar a la Iglesia de contraria a la ciencia y al  progreso encontrará argumentos para defender su postura, porque los hay,  y quien quiera defender lo contrario los encontrara igualmente, porque también los hay. Todo depende de cómo queramos verlos. La Iglesia tiene el derecho y el deber de poner objeciones cuando se trata de experimentos científicos que pueden ser un peligro para la sociedad, o cuando se proponen como verdades científicas cosas  que en el momento de proponerlas solo son hipótesis, aunque mas adelante, debidamente retocadas, se conviertan en verdad científica. 

La Iglesia en cifras.

 En España se declaran católicos en torno al 73 % entre practicantes y no practicantes, aunque los practicantes sean muchos menos. Tanto practicantes como no practicantes están, generalmente, mal informados de lo que hace la Iglesia Católica. Esta Iglesia  sostiene más de 5000 centros de enseñanza; 107 hospitales para pobres; mas de 1000 centros asistenciales entre ambulatorios, dispensarios, asilos, centros de minusválidos, de transeúntes y de enfermos terminales de SIDA, etc.; 365 Centros de reeducación para marginados sociales: ex-prostitutas, ex-presidiarios y ex-toxicómanos; 943 hogares para ancianos e inválidos, 549 orfanatos y guarderías, 108 consultorios familiares y otros centros para la protección de la vida. Aparte de esto destina más de 150 millones de euros para atender las necesidades básicas de los pobres a través de Cáritas; 40 millones a Manos Unidas y otros 21 a Misiones. Da solución callada a infinidad de dramas humanos y no los va voceando como hacen sus enemigos cuando encuentran que ha cometido algún error. Por esto tiene mala fama, porque se vocean sus errores y se acallan sus virtudes.

 ¿Debe el Estado ayudar a la Iglesia? Hoy está en debate esta cuestión, pidiendo que el Estado retire sus ayudas a la Iglesia  con el pretexto de que es laico y no religioso. ¿Acaso un Estado laico no debe colaborar con quienes trabajan a favor de la sociedad, sean de la ideología que sean? ¿Acaso los intereses del partido deben estar por encima de los intereses de la sociedad? Por otra parte, hechas las cuentas resulta que no es el Estado el que ayuda a la Iglesia, sino alrevés. Entre lo que da el Estado a la Iglesia y lo que el Estado recibe de la Iglesia en forma de atenciones sociales  hay una diferencia de 35.000 millones a favor de la Iglesia, millones que pagamos los católicos de nuestro bolsillo, aparte de pagar nuestros impuestos. Si en España se declaran católicos  un 73 % , y todos pagamos nuestros impuesto, quiere decir que la mayoría de los impuestos que recibe el Estado es de los que se declaran católicos,  practicantes o no practicantes. . ¿A que viene vociferar tanto los de la izquierda como si todos los impuestos procedieran solo de sus bolsillos? La diferencia de los 35.000 millones a favor de la Iglesia sale de unos cálculos hechos recientemente por los socialistas sobre lo que el Estado aporta a la Iglesia y de lo que la Iglesia calcula que le cuestan  esos servicios  que presta  a la sociedad con sus centros asistenciales.

Otra cuestión. Los de la izquierda piden que no se den ayuda a los centros de enseñanza de la Iglesia. Pues bien, la Iglesia ahorra al Estado con estos centros más de 4.000 millones de euros, ya que cada alumno público cuesta al Estado  7.094 €, mientras que solo subvenciona con  2.979 € por alumno a los centros concertados que atiende la Iglesia. Los voceros que tanto despotrican contra la Iglesia o ignoran estas realidades,  o lo que es peor, las ocultan  malévolamente para crear opinión contra de ella. ¿No tendremos los católicos algo de culpa de que no se conozcan estos datos?

 ¿Por qué creemos los católicos en la Iglesia católica?. Muchos dicen que no creen la Iglesia porque los curas le han quitado la fe. Es frecuente utilizar la palabra Iglesia para referirse a la Jerarquía eclesiástica. La Iglesia es muchísimo más que los curas, los obispos y el Papa. Confundir la Iglesia con alguno de sus miembros  es  como confundir los médicos con la medicina. No parece lógico dejar de creer en lo beneficiosa que es la medicina para los hombres solo porque haya algunos médicos malos. Tampoco resulta lógico dejar de creer en la Iglesia sólo porque algunos de sus miembros  no obren correctamente.

Es frecuente pensar que los cristianos creemos en la Iglesia por simple tradición familiar, o por un lavado de cerebro que nos han hecho los curas. Creemos fundamentalmente porque analizada la veracidad de los evangelios –como ya vimos en nuestro número anterior- encontramos que son creíbles, y esto nos lleva a creer en Jesucristo como Hijo de Dios. En la Iglesia no solo hay miembros con escasa formación intelectual, hay creyentes de todos los estadios intelectuales, incluidos científicos de primera fila. ¿A todos estos les habrán hechos los curas un lavado de cerebro?

La Iglesia en la que creemos los cristianos está formada por tres estados: La Iglesia triunfante formada por todos aquellos que ya han muerto, se han salvado y, están en comunión completa con Dios. La Iglesia purgante, formada por todos aquellos que ya han muerto y están salvados y destinados al cielo, pero todavía no se encuentran completamente purificados y siguen en el Purgatorio. Y la iglesia militante que la formamos  todos los que  estamos en la tierra y acatamos las directrices del Papa. Quedan  fuera de la Iglesia los que están condenados en el infierno. 

En el credo confesamos: Creo en la Santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y en la vida eterna. Creer en la comunión de los santos quiere decir que creemos que todo los miembros de la Iglesia podemos interceder los unos por los otros. Las  santos del cielo pueden interceder por los que militamos en la tierra y nosotros podemos interceder por los que están en el purgatorio. 

Lo de el culto a los santos hay que entenderlo bien para no caer en idolatría. Caemos en idolatría cuando atribuimos a un ser o a un objeto  (o a un santo en este caso) virtudes  que solo corresponden a Dios. Solo a Dios corresponde el poder de  conceder gracias espirituales, o gracias temporales extraordinarias. Por  lo tanto no podemos esperar  que los santos nos concedan estas gracias. Cuando pedimos cosas a los santos lo que estamos haciendo es pedirle que intercedan en nuestro favor ante Dios para que Dios nos conceda lo que le pedimos. Hay quien pide cosas a los santos en la creencia que es el santo de su devoción o su virgen quien le concede lo que le pide. Quien cree esto está incurriendo, quizá sin saberlo, en idolatría, porque atribuye a los santos o a la virgen poderes  que no tienen. 

  ¿Quería Cristo fundar una la Iglesia?  Muchos atacan a la Iglesia diciendo que es una invención de los curas, que Cristo nunca quiso fundar una Iglesia. Para refutar esto basta leer lo que escribieron sus discípulos:

En Mt 16, 18 leemos “Y yo a mi vez te digo que tu eres Pedro,  y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Hade no prevalecerán contra ella  y lo que ates en la tierra atado quedara en los cielos y lo que desates en la tierra quedará desatado  en los cielos.”  Y más adelante dice: “Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”.

San Juan en 21, 15-24 relata lo siguiente: “Después de haber comido dice Jesús a Simón Pedro: Simón de Juan, ¿me amas mas que estos? Le dice él: Sí, Señor, tu sabes que te quiero. Le dice Jesús: Apacienta mis corderos. Vuelve a decirle por segunda vez:   Simón de Juan, ¿me amas?. Le dice él: Sí Señor, tu sabes que quiero. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas. Le dice por tercera vez: Simón de Juan, me quieres?. Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ¿Me quieres?, y le dijo: Señor, tu lo sabes todo, tu sabes que te quiero. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas. Y termina el evangelista diciendo: Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero”.

  CREER EN  LA IGLESIA CATÓLICA  

 Hace unos días publicaba ACCI/EWTN Noticias  que la líder izquierdista  de las Madres de la Plaza de Mayo, conocida por sus constantes y rabiosos ataques a la Iglesia Católica, escribió una carta al Papa Francisco en la que le decía: “Permítame que me dirija a usted como Don Francisco, ese Francisco que descubrí ahora  (llevaba ya 30 años combatiéndolo). Don Francisco, no sabía de su trabajo pastoral, sólo sabía que el máximo dirigente de la iglesia argentina habitaba en la catedral. Hoy, ante mi sorpresa, escucho a muchos compañeros explicar de su entrega y trabajo con los pobres en las villas”.¡Llevaba 30 años atacando al Cardenal Bergoglio y no sabía quien era ni que hacía! Simplemente lo ataba porque era el Jefe de la Iglesia ¿Cuántos como esta señora están atacando hoy rabiosamente a los curas y a la Iglesia sin saber qué es lo que están haciendo?

 Qué es la Iglesia Católica ?

    La Iglesia Católica es la gran desconocida, no sólo por esos que la atacan  furibundamente, sino también por esa otra masa que dicen ser creyentes no practicantes, y aun por  muchos creyentes practicantes. ¿Qué saben de la Iglesia esos que declaran católicos no practicantes? Saben lo que cuentan los medios de comunicación. Y estos, por ahora, solo cuentan sus defectos, pocos publican sus virtudes.

    Jaques Maritain, filósofo francés,  cuando él y su mujer estaban pensando pasarse al catolicismo, se resistían a dar el paso definitivo porque no les convencía la Iglesia Católica, hasta que  pensaron que si hubieran encontrado una perla en medio de un estercolero se habrían metido a cogerla. Esta reflexión le ayudó a vencer su escrúpulo a cerca de la Iglesia.  ¿Es la Iglesia católica un muladar? Desde la periferia puede percibirse como tal, pero quienes estando dentro han seguido fielmente sus enseñanzas han descubierto esa perla preciosa, que no es otra que la felicidad que da el amar y sentirse amado por el mismo Dios. Esta es la mayor felicidad que un hombre puede sentir 

He aquí la idea que algunos tienen de la Iglesia:  La Iglesia católica, dicen, es un negocio dirigido por el Papa y los Obispos que viven de los incautos que consiguen engañar. Otros dicen: La Iglesia es una institución que va contra la ciencia y el progreso, y condena los descubrimientos sobre el hecho evolutivo, como es el uso de anticonceptivos, etc. Otros dicen que la Iglesia es una institución que se ha dedicado a juntar riquezas a cualquier costo, aún con sangre, como hacían con la diabólica Inquisición, que los torturaba, los quemaba y les confiscaban  todos sus bienes. Otro define a la Iglesia como "una Institución que tiene una experiencia de dos mil años en el arte de engañar y hacer maldades impunemente. Un blog  publica lo siguiente: “La teología, la historia de la Iglesia, y las Sagradas Escrituras son temas rentables para los teólogos de todo tipo. Todos, sin posible excepción, se apoyan en mitos y sólo en mitos, como lo es la divinidad de Jesús, la redención, el pecado, el alma, la vida eterna. Todo una farsa mítica. Sólo hay mitos, lo demás son opiniones; y reto a todos los teólogos y sacerdotes que me demuestren lo contrario. A que me den una sola prueba de Dios, del alma, de la inmortalidad, de la divinidad de Jesucristo..”  Publicado el 13/02/2013 por http://blogs.elpais/papeles-perdidos. Firma Primitivo Martínez.

¿Son éstos casos aislados? Todo lo contrario. Ideas como estas se  difunden a diario en las secciones de opinión de los medios de comunicación y en la redes sociales. Hoy día tenemos que prestar atención al nuevo ateismo moderno con ideas mucho más radicales.  “Las religiones, dicen los intelectuales de este ateismo, (Dawkings, Dennet, Harris, Hitchens ...) son un grave  peligro para la humanidad porque solo  acarrean guerras y sufrimientos. Prueba de esto es la historia del cristianismo, la del judaísmo y la del islamismo que han originado un reguero de indecibles sufrimientos y muertes por ridículas disputas teológicas. Se refieren, entre otras cosas,  a las guerras entre religiones, a la Inquisición y a la Yihad.  Consecuentes con esta creencia piden a sus partidarios, -que cada vez son más- que luchen por erradicar la fe religiosa de la sociedad combatiendo a las Iglesias y a todo lo que fomente el espíritu  religioso. Esta es la situación en la que nos encontramos.

 ¿Por qué la Iglesia tiene hoy tan mala imagen?

 Pueden ser muchas y variadas las causas que han dado origen a esta degradación de la imagen de la Iglesia, pero entre otras podemos decir que en gran medida es debido a los medios de comunicación porque vende más publicar sus defectos que sus virtudes,  y en segundo lugar porque quienes militamos en ella no hemos estado a la altura de las circunstancias para presentar el verdadero rostro de la Iglesia de  Cristo. En los medios de comunicación y en muchos centros culturales se presenta hoy a la Iglesia Católica  como una institución que históricamente ha acarreado grandes males a la sociedad y que actualmente se ha quedado obsoleta por antidemocrática y contraria al progreso y a la ciencia. Algo bueno habrá traído a la humanidad, digo yo,  cuando ésta permite su supervivencia. Se  dice que la civilización Occidental se ha cimentado en el derecho romano, la filosofía griega y el humanismo cristiano. El humanismo es la gran aportación del  cristianismo a nuestra civilización, y este humanismo es el que ha servido de base para  establecer la Carta de Derechos Humanos que hoy todos defendemos. El cristianismo fue el primero en establecer que la dignidad del hombre proviene de ser hombre, no del valor en las guerra o de la productividad en su  trabajo.

Quien quiera acusar a la Iglesia de contraria a la ciencia y al  progreso encontrará argumentos para defender su postura, porque los hay,  y quien quiera defender lo contrario los encontrara igualmente, porque también los hay. Todo depende de cómo queramos verlos. La Iglesia tiene el derecho y el deber de poner objeciones cuando se trata de experimentos científicos que pueden ser un peligro para la sociedad, o cuando se proponen como verdades científicas cosas  que en el momento de proponerlas solo son hipótesis, aunque mas adelante, debidamente retocadas, se conviertan en verdad científica. 

La Iglesia en cifras.

 En España se declaran católicos en torno al 73 % entre practicantes y no practicantes, aunque los practicantes sean muchos menos. Tanto practicantes como no practicantes están, generalmente, mal informados de lo que hace la Iglesia Católica. Esta Iglesia  sostiene más de 5000 centros de enseñanza; 107 hospitales para pobres; mas de 1000 centros asistenciales entre ambulatorios, dispensarios, asilos, centros de minusválidos, de transeúntes y de enfermos terminales de SIDA, etc.; 365 Centros de reeducación para marginados sociales: ex-prostitutas, ex-presidiarios y ex-toxicómanos; 943 hogares para ancianos e inválidos, 549 orfanatos y guarderías, 108 consultorios familiares y otros centros para la protección de la vida. Aparte de esto destina más de 150 millones de euros para atender las necesidades básicas de los pobres a través de Cáritas; 40 millones a Manos Unidas y otros 21 a Misiones. Da solución callada a infinidad de dramas humanos y no los va voceando como hacen sus enemigos cuando encuentran que ha cometido algún error. Por esto tiene mala fama, porque se vocean sus errores y se acallan sus virtudes.

 ¿Debe el Estado ayudar a la Iglesia? Hoy está en debate esta cuestión, pidiendo que el Estado retire sus ayudas a la Iglesia  con el pretexto de que es laico y no religioso. ¿Acaso un Estado laico no debe colaborar con quienes trabajan a favor de la sociedad, sean de la ideología que sean? ¿Acaso los intereses del partido deben estar por encima de los intereses de la sociedad? Por otra parte, hechas las cuentas resulta que no es el Estado el que ayuda a la Iglesia, sino alrevés. Entre lo que da el Estado a la Iglesia y lo que el Estado recibe de la Iglesia en forma de atenciones sociales  hay una diferencia de 35.000 millones a favor de la Iglesia, millones que pagamos los católicos de nuestro bolsillo, aparte de pagar nuestros impuestos. Si en España se declaran católicos  un 73 % , y todos pagamos nuestros impuesto, quiere decir que la mayoría de los impuestos que recibe el Estado es de los que se declaran católicos,  practicantes o no practicantes. . ¿A que viene vociferar tanto los de la izquierda como si todos los impuestos procedieran solo de sus bolsillos? La diferencia de los 35.000 millones a favor de la Iglesia sale de unos cálculos hechos recientemente por los socialistas sobre lo que el Estado aporta a la Iglesia y de lo que la Iglesia calcula que le cuestan  esos servicios  que presta  a la sociedad con sus centros asistenciales.

Otra cuestión. Los de la izquierda piden que no se den ayuda a los centros de enseñanza de la Iglesia. Pues bien, la Iglesia ahorra al Estado con estos centros más de 4.000 millones de euros, ya que cada alumno público cuesta al Estado  7.094 €, mientras que solo subvenciona con  2.979 € por alumno a los centros concertados que atiende la Iglesia. Los voceros que tanto despotrican contra la Iglesia o ignoran estas realidades,  o lo que es peor, las ocultan  malévolamente para crear opinión contra de ella. ¿No tendremos los católicos algo de culpa de que no se conozcan estos datos?

 ¿Por qué creemos los católicos en la Iglesia católica?. Muchos dicen que no creen la Iglesia porque los curas le han quitado la fe. Es frecuente utilizar la palabra Iglesia para referirse a la Jerarquía eclesiástica. La Iglesia es muchísimo más que los curas, los obispos y el Papa. Confundir la Iglesia con alguno de sus miembros  es  como confundir los médicos con la medicina. No parece lógico dejar de creer en lo beneficiosa que es la medicina para los hombres solo porque haya algunos médicos malos. Tampoco resulta lógico dejar de creer en la Iglesia sólo porque algunos de sus miembros  no obren correctamente.

Es frecuente pensar que los cristianos creemos en la Iglesia por simple tradición familiar, o por un lavado de cerebro que nos han hecho los curas. Creemos fundamentalmente porque analizada la veracidad de los evangelios –como ya vimos en nuestro número anterior- encontramos que son creíbles, y esto nos lleva a creer en Jesucristo como Hijo de Dios. En la Iglesia no solo hay miembros con escasa formación intelectual, hay creyentes de todos los estadios intelectuales, incluidos científicos de primera fila. ¿A todos estos les habrán hechos los curas un lavado de cerebro?

La Iglesia en la que creemos los cristianos está formada por tres estados: La Iglesia triunfante formada por todos aquellos que ya han muerto, se han salvado y, están en comunión completa con Dios. La Iglesia purgante, formada por todos aquellos que ya han muerto y están salvados y destinados al cielo, pero todavía no se encuentran completamente purificados y siguen en el Purgatorio. Y la iglesia militante que la formamos  todos los que  estamos en la tierra y acatamos las directrices del Papa. Quedan  fuera de la Iglesia los que están condenados en el infierno. 

En el credo confesamos: Creo en la Santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y en la vida eterna. Creer en la comunión de los santos quiere decir que creemos que todo los miembros de la Iglesia podemos interceder los unos por los otros. Las  santos del cielo pueden interceder por los que militamos en la tierra y nosotros podemos interceder por los que están en el purgatorio. 

Lo de el culto a los santos hay que entenderlo bien para no caer en idolatría. Caemos en idolatría cuando atribuimos a un ser o a un objeto  (o a un santo en este caso) virtudes  que solo corresponden a Dios. Solo a Dios corresponde el poder de  conceder gracias espirituales, o gracias temporales extraordinarias. Por  lo tanto no podemos esperar  que los santos nos concedan estas gracias. Cuando pedimos cosas a los santos lo que estamos haciendo es pedirle que intercedan en nuestro favor ante Dios para que Dios nos conceda lo que le pedimos. Hay quien pide cosas a los santos en la creencia que es el santo de su devoción o su virgen quien le concede lo que le pide. Quien cree esto está incurriendo, quizá sin saberlo, en idolatría, porque atribuye a los santos o a la virgen poderes  que no tienen. 

  ¿Quería Cristo fundar una la Iglesia?  Muchos atacan a la Iglesia diciendo que es una invención de los curas, que Cristo nunca quiso fundar una Iglesia. Para refutar esto basta leer lo que escribieron sus discípulos:

En Mt 16, 18 leemos “Y yo a mi vez te digo que tu eres Pedro,  y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Hade no prevalecerán contra ella  y lo que ates en la tierra atado quedara en los cielos y lo que desates en la tierra quedará desatado  en los cielos.”  Y más adelante dice: “Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”.

San Juan en 21, 15-24 relata lo siguiente: “Después de haber comido dice Jesús a Simón Pedro: Simón de Juan, ¿me amas mas que estos? Le dice él: Sí, Señor, tu sabes que te quiero. Le dice Jesús: Apacienta mis corderos. Vuelve a decirle por segunda vez:   Simón de Juan, ¿me amas?. Le dice él: Sí Señor, tu sabes que quiero. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas. Le dice por tercera vez: Simón de Juan, me quieres?. Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ¿Me quieres?, y le dijo: Señor, tu lo sabes todo, tu sabes que te quiero. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas. Y termina el evangelista diciendo: Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero”.

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