LA BUENA EDUCACION EN LA MESA

 

 Hay actitudes que si antes eran conocidas como de buena educación, en la actualidad se han quedado obsoletas o han dejado de tener sentido. Expresiones como "buen provecho", todos los expertos en buenas maneras aseguran ahora que no es de buen gusto. Igual sucede con desear "salud" cuando alguien estornuda. Está mal visto hacer referencias a temas corporales durante la comida. Diferenciar socialmente entre casadas y solteras también está mal visto. Todas las mujeres fuera de casa son "señoras" y lo de "señorita" está totalmente en desuso. El término "ca­ballero" también resulta algo anticuado, ya que suele reservarse para aplicarlo  a personas con caballo. En el trato social está mejor visto usar señor  que caballero.

Poner la mesa   Con frecuencia el acto de poner la mesa se realiza de una manera apresurada, sin pararse a pensar que una mesa bien presentada alegra el ambiente y contribuye a hacer mas grata la comida.

Se pondrá de esta manera: Se pondrá algo que preserve la mesa de manchas y golpes de la cubertería, y encima el mantel que haga agra­dable estar junto a ella. La servilleta se coloca­rá doblada en el plato, o bien a su derecha. Los cubiertos se colocarán de la siguiente forma: a la derecha, el cuchillo, con la hoja hacia el pla­to, y la cuchara; a la izquierda, el tenedor con las puntas hacia arriba, poniéndose los cubier­tos de postre, horizontalmente, delante del plato; el vaso, o mejor los vasos, -uno para agua y otro para el vino-, se pondrán también delante de los cubiertos de postre.

Para los ágapes familiares y comidas familiares no es tan nece­sario el poner la mesa hasta el último detalle; en cambio, en las comidas que requieren algo más de formalidad sí deberán cuidarse los detalles, porque ellos hablan a favor o en con­tra del anfitrión.

Comenzaremos por la elección del mantel. Este dependerá directamente del estilo del comedor, vajilla y cristalería, influyendo sobre todo la importancia de la comida. Los cubiertos, cuando se trata de comidas de mucha eti­queta, se pondrán conforme se sirvan los pla­tos, poniéndose tan sólo en principio los del primer plato y los del pescado; también podrán ponerse los cubiertos de postre situándolos delante del plato y en sentido horizontal. poniendo el tenedor con las puntas a la dere­cha y encima el cuchillo con la hoja a la izquierda.

Los vasos aumentarán con la importancia de la comida, pero sólo se pondrán. como máximo, cuatro, de la siguiente manera: de izquierda a derecha y quedando el primero junto a la punta del cuchillo, el de agua, el de vino tinto, después el de blanco y, por último el de champaña. El agua no se llevará de la mesa hasta el último momento. El vino lo servirá el servicio, y si se careciera de este, se colocará cerca del dueño de la casa , siendo este el encargado de servirlo. El especiero puede figurar en la mesa, pero lo que no deben figurar nunca son los mondadientes.

Colocación de comensales.  Se deberán sentar el señor y la señora de la casa, uno enfrente del otro, en los extremos de la mesa o en el centro de los lados más largos. A la derecha del señor de la casa se sienta la señora de más categoría, y a la izquierda, la que está en segundo lugar de importancia. A la derecha del ama de casa, el señor de más categoría, y a la izquierda, el que esté en segundo lugar. El resto se irán sentando de manera que los matrimonios no estén juntos y se alternen las señoras y los caballeros, de forma que los invitados de menos categoría se sitúen progresivamente más lejos de los dueños de la casa.

Cómo servir los alimentos.  Cuando se comienza a servir, se empezará por la señora de mayor categoría o compromiso, continuando de esta forma para ser la última la dueña de la casa, dando preferencia a las señoras antes que a las señoritas. A continuación los señores, comenzando por el más importante para acabar con el dueño de la casa, siempre y cuando no hayan hijos o yernos, que serán entonces éstos los últimos. Si no hay personas que destaquen por su importancia podrá empezarse a servir por la de más edad, o bien comenzar a servir cada plato por una señora diferente; de esta forma cada una será por una vez la primera en ser servida.

Se servirá siempre por la izquierda. Las sopas, consomé, arroz, se servirán siempre directamente en el plato. Es importante que la disposición de los alimentos en las fuentes de servir o bandejas sea ordenada y racional, para que los invitados se puedan servir sin dificultad, por ejemplo, la carne se servirá en rodajas ligeramente superpuestas, mientras que el pescado se presentará con la cola a la derecha y la cabeza a la izquierda; de esta forma se podrán servir sin dificultad. Los vinos y el agua se servirán siempre por la derecha. Para servir los postres se despejará la mesa de toda la vajilla y cubertería que ya no sea precisa. Los lico-res y café se deberán servir en el salón y no en la mesa

Modales en la mesa.  En la mesa es uno de los lugares donde mas se aprecia la buena educación o la falta de ella.  No hace falta que guarde a rajatabla todas y cada uno de la reglas que aquí recomendamos. No se esclavo de las reglas,  pero no olvide que muchas de ellas se han formado teniendo en cuenta el buen criterio de las personas que las han admitido como buenas. Observe qué hacen sus compañeros e imite  aquellas actitudes que se acerquen la siguientes reglas:

No empiece a comer hasta que su anfitrión lo haga o hasta que se lo pidan.

La servilleta se coloca en el regazo, si es pequeña se puede abrir del todo y si es grande se mantiene doblada hacia usted.

Si un plato no le gusta, no lo desar­me para dar la impresión de que lo ha comido. Puede probar un poco y dejar el resto tal y como se lo sirvieron. Un anfitrión educado no le hará ninguna pregunta. Y si se la hace, usted puede responder con alguna disculpa.

No se utilizan los cubiertos propios para acceder a fuentes, salseras, soperas o cualquier otro tipo de recipiente comunitario.

Si terminamos y deseamos que nos retiren el plato, debemos colocar los cubiertos de forma paralela, a un lado del plato, haciendo la similitud con las agujas de un reloj, en la posición de las cuatro y veinte.

Para utilizar las copas comience uti­lizando la que se encuentra más cer­cana a usted. Por ejemplo: jerez (plato de sopa), vino blanco (plato de pescado o pollo), vino tinto (plato de carne) y copa de agua.

En la actualidad hay numerosos ali­mentos que el protocolo recomienda comer sin cubiertos o usando las ma­nos, como los caracoles, las chuletillas de cordero, el conejo, los mariscos, el pan, las aceitunas, los canapés, los pastelitos,   las frutas pequeñas...

El pan se trocea únicamente con las manos. No se debe utilizar ningún tipo de cubierto, ni tradicional ni especial.

El pan que nos corresponde es el de nuestra izquierda y suele colocarse en un platillo auxiliar a la altura de las copas, aproximadamente (ocurre fre­cuentemente que cuando se va a comer ya lo ha hecho el comensal de al lado equivocadamente).

Se puede empujar con él algún pe­queño trozo de alimento que se resiste a ser tomado con el tenedor o la cuchara, pero no rebañar el plato con el pan o hacer barquitos.

Y sobre todo recuerde: No gritar cuando hable, comer despacio, masticar bien, no hablar con la boca llena y mantener las formas sin gesticular excesivamente.

No fume durante una comida y si no tiene otra opción, no lo haga hasta que se haya servido el postre.

En la conversación durante la comida hay que intentar no desplazar a los comensales, para ello mejor hablar de algo genérico de lo que todo el mundo pueda opinar y no sacar temas polémicos.

En una cena oficial se traza un círculo con un compás imaginario, se habla con el de enfrente, derecha e izquierda.

 

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