QUE ES LA VERDAD

 Si algo hay que pueda interesarle al hombres es conocer la verdad para no vivir en el error, pero qué es la verdad?   Esta pregunta se la hizo Pilato a Cristo, y no sabemos su respuesta, si es que hubo. Para Aristóteles y Santo Tomás la verdad es la adecuación de mente-realidad. Para Hegel verdad es coherencia o ausencia de contradicción, y para Habermas la verdad está en el consenso entre iguales. Esta verdad de Habermas está muy de moda entre los relativistas, pero es obvio que  los consensos no hacen verdades, lo mas que pueden hacer es legalizar algo aunque no sea verdad. Por experiencia propia sabemos que hay muchas leyes aprobadas por consensos de mayorías que son puras aberraciones. Por mayoría se aprobaron en Alemania leyes aberrantes en tiempos de Hitler cuando la Segunda Guerra Mundial, por no citar a los múltiples ejemplos de esto que tenemos en nuestro propio país. Los consensos y la mayorías pueden hacer legal un error o una falsedad pero nunca podrán transformarlos en verdad.     

                                 Clases de verdades

Verdades relativas. Relativo es lo que hace referencia a algo y está condicionado por ello. Las verdades relativas son aquellas ideas o proposiciones que solamente son verdad en relación con algo. Por ejemplo: Si digo  que el cuchillo  está a la derecha del plato será verdad si se mira desde un punto determinado, pero si se mira desde el lado opuesto será falso, porque quedará  a la izquierda de quien lo ve. Si digo mi casa es grande, eso será verdad si la comparo que la de mi vecino que tiene 100 metros cuadrados y la mía 150, pero si la comparo con las del resto de la vecindad que tienen 250 metros mi casa será pequeña.

Verdades absolutas.  Absoluto es lo que existe con independencia de cualquier relación o comparación. Absoluto es lo que realmente es, con independencia de lo que el hombre piense o diga sobre ello. Son  verdades que pueden estar aceptadas por todos, o negadas por algunos, pero eso no cambia la naturaleza de la verdad. Cuando la percepción  de la persona o de la sociedad  va acorde con estas verdades, la persona o la sociedad camina  en la verdad, y cuanto más se separe su percepción ideológica de esta realidad tanto más caminaran  en el error.

Verdad objetiva. Esta verdad no se construye según la voluntad o el deseo de los hombres, sino que viene determinada por lo que realmente es. Las verdades objetivas pretenden ser de alguna manera independientes de nuestras creencias subjetivas y gustos. Esta verdad es demostrable científicamente ya que es un hecho o fenómeno que ocurre independientemente de la existencia del ser humano. Por ejemplo, la ley de Gravedad existe, independientemente de la presencia o ausencia de seres humanos sobre la Tierra. Los teoremas matemáticos son verdades objetivas porque no dependen de la percepción subjetiva del hombre y pueden ser demostrados  con la lógica y las matemáticas.

Las verdades subjetivas son aquellas que dependen de la percepción del sujeto. Si digo: el jugo de naranja es muy rico esto  será cierto para aquellos a quienes les guste la naranja y falso para quienes no le guste. Depende del sujeto, no del objeto.

El relativismo. Hemos dicho que hay verdades que sólo son ciertas en su relación con algo (verdades relativas). Fundándose en esto ha surgido el relativismo, que es una doctrina que afirma que no hay verdades absolutas, porque toda verdad –dicen- está en relación con la propia cultura, y ésta es la que hace que lo que para una cultura es verdad para otra sea falso.  Uno puede afirmar, como hacen los relativistas, que no hay verdades absolutas,  pero si afirmo que no hay verdades absolutas, tampoco esto puede ser una verdad absoluta, con lo que nadie podrá probar lo que afirma. Este es un primer punto que desmonta la verdad del relativismo.

Algunos aplican el relativismo para negar la existencia de Dios. Eso de que Dios existe es una verdad relativa, dicen. Pero si otros dicen que Dios no existe, seria otra verdad relativa. Tenemos aquí que dos cosas contrarias serían verdades relativas, lo cual es una contradicción. Esto es algo que evidentemente  no puede ser.  Dios o existe o no existe, una de esta afirmaciones tiene que ser verdad absoluta y la otra falsa. Podemos no saber cual de ellas es la cierta, pero una de esas afirmaciones tiene que ser cierta y la otra falsa, sin que aquí quepa  relativismo alguno.  El relativismo es una falacia que hace daño al individuo y a la sociedad, porque si todo es relativo y nada es cierto, dará igual una cosa que otra. Dará igual hacer el bien que el mal, y esto es contrario a nuestra razón.

 Volviendo a la definición de la  verdad dada por Aristóteles y santo Tomas según la cual verdad es  la adecuación entre  mente y realidad, podemos decir que para vivir en la verdad primero tendremos que averiguar cual es la realidad existencial  y luego plegar nuestra mente y nuestros actos a esa realidad.  Desentendernos de buscar la verdad real es exponernos seriamente a vivir en el error.

¿Por qué es importante conocer la verdad? Todos los hombres queremos conocer la verdad para no cometer errores, pero no siempre la buscamos con ganas de encontrarla. Generalmente la buscamos siempre que tenemos que resolver algún problema, y sobre todo la buscamos cuando tenemos que tomar alguna decisión en la que podemos perder o ganar bienes materiales. Buscamos la verdad con verdadero interés cuando algo  atañe a nuestro futuro temporal, pero somos menos escrupulosos a la hora  buscar la verdad sobre nuestro futuro eterno. Nos auto-conformamos con que “yo creo que es así”, y nos limitamos a obrar conforme a lo que creemos. Esto puede darnos alguna tranquilidad de conciencia al estar obrando conforme a lo que creemos, pero si lo que creemos es erróneo por no haber hecho las diligencias necesarias para conocer la verdad se nos podrá acusar de un error culpable, y el sentido común nos dice, y así aplicamos la justicia en este mundo, que los errores culpables tienen castigo. También Dios puede castigar los errores culpables cuando el no obrar conforme a sus preceptos es porque hemos querido conocer la verdad respecto a su doctrina. Tiene que ser desagradable para Dios que haya venido a la tierra en la persona de su Hijo para  enseñarnos lo que tenemos que hacer y que nosotros no le prestemos ninguna atención. Dicen que no hay mayor desprecio que el no hacer aprecio, y eso es lo que en definitiva hacemos con Dios cuando no despreciamos sus enseñanzas.

                    Diversos caminos para conocer la verdad 

  El camino de la fe.  Al hablar de la fe podemos hacerlo en dos sentidos: La fe humana y la fe religiosa. La fe humana es creer a quienes  nos dan la información, o confiar en otras personas. Creer a quienes nos dan la información es el  camino por el que empezamos a adquirir nuestros conocimientos y el más usado a lo largo de nuestra vida. Creemos a nuestros padres, a las personas de nuestro entorno, a los maestros en el colegio, y a los profesores en los centros de enseñanza, y con esta fe, con este creer a quienes nos dan información, recibimos la mayor parte de los conocimientos que poseemos. ¿A cuantos de estos les pedimos que nos demuestren que es verdad lo que nos dicen? Con frecuencia la fe en los demás nos ayuda más a conocer la verdad que la ciencia. Supongamos que yo voy paseando con un amigo, me da un desmayo y  pierdo el sentido.  Pasado éste desvanecimiento no queda en mi cuerpo señales de tal suceso. Si mi amigo dice que perdí el sentido y el médico lo niega porque en sus observaciones no encuentra pruebas de ello ¿quien estará en la verdad, el que cree a mi amigo o el que cree al científico? Ningún científico podrá conocer lo ocurrido por sus exploraciones y sin embargo mi amigo conoce la verdad aunque no pueda probarlo. No toda verdad puede ser probada por la ciencia.

 b) El camino de las experiencias propias o ajenas que nos son conocidas. Otra fuente del conocimiento de la verdad son nuestras propias experiencias. A base de aciertos y errores vamos adquiriendo una serie de conocimientos que nos llevan a aceptar como cierto unas cosas y a rechazar otras por considerarlas falsas, sin recurrir a demostraciones científicas. 

 c) El camino de la ciencia.  Se considera verdad científica aquella que ha sido contrastada por los científicos y admitida por todos ellos como tal. Muchas de las hipótesis que circulan como verdades científicas sólo son eso, hipótesis, es decir, que no todos los científicos admiten esa hipótesis como verdad científica porque hay puntos oscuros en su desarrollo. ¿Toda verdad científica es realmente una verdad infalible? No. Generalmente todos los investigadores aceptan que la verdad científica es solamente probable, transitoria e incompleta. El público en general piensa que dentro de la ciencia está toda la verdad, y fuera solo hay error, y no es así. Fuera de la ciencia hay verdades como catedrales de grandes, y dentro de ella hay errores que los mismos científicos se han  encargado de sacarlos a luz.  Como prueba de que  hay verdades aceptadas universalmente como verdades científicas y que más tarde se demostró su error se cita , entre otros muchos, el caso de las células diploides normales de la especie Homo sapiens. Durante mucho tiempo fue aceptado científicamente que tenían 48 cromosomas, hasta que en 1956 se demostró que en realidad solo poseemos 46. Y como este caso se pueden citar varios.

 d) El camino de la revelación. La revelación puede ser divina y humana. Es divina cuando quien hace la revelación es Dios y es humana cuando quien nos descubre algo que para nosotros estaba oculto es otra persona. La revelación divina consiste en que una divinidad o algún agente de esa divinidad descubre determinados hechos a determinadas personas y éstas los dan a conocer a los demás por medio de su palabra o de sus escritos. Para creer en la revelación divina  hay que creer primero que esa divinidad existe y que puede revelarnos cosas, y segundo hay que creer a la persona que dice haber recibido la revelación.

 e) El camino de la  verdad filosófica.- Laín  Entralgo nos habla en su libro Qué es el hombre del saber cierto y del saber incierto, o el saber de la evidencia  y el saber de la creencia. “El saber de la evidencia, dice,  es el que da ciencia, pero aparte de este saber está el de creencia que es un saber razonable que da la metafísica y la religión (meta ta physika= después de la física)  que es una rama de la filosofía que estudia la esencia del ser y de las cosas. Distingue así entre un saber racional, el de la ciencia y otros saberes razonables, el que da la metafísica. El saber racional, dice, es un saber cuya verdad se impone sin reservas a nuestra inteligencia. No contrapuesto a este saber , sino complementario a él, existe el saber razonable cuando sin lugar a la evidencia se nos muestra aceptable y convincente, e incluso sugestivo para admitir su aserto aunque la demostración racional no sea posible”.

 No es demostrable científicamente que Dios existe realmente,  pero un razonamiento lógico puede hacer ver que esta creencia es razonable y convincente, y mas cuando a este saber razonable se une el saber de la experiencia, el de hechos que inducen a creer en su existencia.

            QUE ES LA VERDAD

 Si algo hay que pueda interesarle al hombres es conocer la verdad para no vivir en el error, pero qué es la verdad?   Esta pregunta se la hizo Pilato a Cristo, y no sabemos su respuesta, si es que hubo. Para Aristóteles y Santo Tomás la verdad es la adecuación de mente-realidad. Para Hegel verdad es coherencia o ausencia de contradicción, y para Habermas la verdad está en el consenso entre iguales. Esta verdad de Habermas está muy de moda entre los relativistas, pero es obvio que  los consensos no hacen verdades, lo mas que pueden hacer es legalizar algo aunque no sea verdad. Por experiencia propia sabemos que hay muchas leyes aprobadas por consensos de mayorías que son puras aberraciones. Por mayoría se aprobaron en Alemania leyes aberrantes en tiempos de Hitler cuando la Segunda Guerra Mundial, por no citar a los múltiples ejemplos de esto que tenemos en nuestro propio país. Los consensos y la mayorías pueden hacer legal un error o una falsedad pero nunca podrán transformarlos en verdad.     

                                 Clases de verdades

Verdades relativas. Relativo es lo que hace referencia a algo y está condicionado por ello. Las verdades relativas son aquellas ideas o proposiciones que solamente son verdad en relación con algo. Por ejemplo: Si digo  que el cuchillo  está a la derecha del plato será verdad si se mira desde un punto determinado, pero si se mira desde el lado opuesto será falso, porque quedará  a la izquierda de quien lo ve. Si digo mi casa es grande, eso será verdad si la comparo que la de mi vecino que tiene 100 metros cuadrados y la mía 150, pero si la comparo con las del resto de la vecindad que tienen 250 metros mi casa será pequeña.

Verdades absolutas.  Absoluto es lo que existe con independencia de cualquier relación o comparación. Absoluto es lo que realmente es, con independencia de lo que el hombre piense o diga sobre ello. Son  verdades que pueden estar aceptadas por todos, o negadas por algunos, pero eso no cambia la naturaleza de la verdad. Cuando la percepción  de la persona o de la sociedad  va acorde con estas verdades, la persona o la sociedad camina  en la verdad, y cuanto más se separe su percepción ideológica de esta realidad tanto más caminaran  en el error.

Verdad objetiva. Esta verdad no se construye según la voluntad o el deseo de los hombres, sino que viene determinada por lo que realmente es. Las verdades objetivas pretenden ser de alguna manera independientes de nuestras creencias subjetivas y gustos. Esta verdad es demostrable científicamente ya que es un hecho o fenómeno que ocurre independientemente de la existencia del ser humano. Por ejemplo, la ley de Gravedad existe, independientemente de la presencia o ausencia de seres humanos sobre la Tierra. Los teoremas matemáticos son verdades objetivas porque no dependen de la percepción subjetiva del hombre y pueden ser demostrados  con la lógica y las matemáticas.

Las verdades subjetivas son aquellas que dependen de la percepción del sujeto. Si digo: el jugo de naranja es muy rico esto  será cierto para aquellos a quienes les guste la naranja y falso para quienes no le guste. Depende del sujeto, no del objeto.

El relativismo. Hemos dicho que hay verdades que sólo son ciertas en su relación con algo (verdades relativas). Fundándose en esto ha surgido el relativismo, que es una doctrina que afirma que no hay verdades absolutas, porque toda verdad –dicen- está en relación con la propia cultura, y ésta es la que hace que lo que para una cultura es verdad para otra sea falso.  Uno puede afirmar, como hacen los relativistas, que no hay verdades absolutas,  pero si afirmo que no hay verdades absolutas, tampoco esto puede ser una verdad absoluta, con lo que nadie podrá probar lo que afirma. Este es un primer punto que desmonta la verdad del relativismo.

Algunos aplican el relativismo para negar la existencia de Dios. Eso de que Dios existe es una verdad relativa, dicen. Pero si otros dicen que Dios no existe, seria otra verdad relativa. Tenemos aquí que dos cosas contrarias serían verdades relativas, lo cual es una contradicción. Esto es algo que evidentemente  no puede ser.  Dios o existe o no existe, una de esta afirmaciones tiene que ser verdad absoluta y la otra falsa. Podemos no saber cual de ellas es la cierta, pero una de esas afirmaciones tiene que ser cierta y la otra falsa, sin que aquí quepa  relativismo alguno.  El relativismo es una falacia que hace daño al individuo y a la sociedad, porque si todo es relativo y nada es cierto, dará igual una cosa que otra. Dará igual hacer el bien que el mal, y esto es contrario a nuestra razón.

 Volviendo a la definición de la  verdad dada por Aristóteles y santo Tomas según la cual verdad es  la adecuación entre  mente y realidad, podemos decir que para vivir en la verdad primero tendremos que averiguar cual es la realidad existencial  y luego plegar nuestra mente y nuestros actos a esa realidad.  Desentendernos de buscar la verdad real es exponernos seriamente a vivir en el error.

¿Por qué es importante conocer la verdad? Todos los hombres queremos conocer la verdad para no cometer errores, pero no siempre la buscamos con ganas de encontrarla. Generalmente la buscamos siempre que tenemos que resolver algún problema, y sobre todo la buscamos cuando tenemos que tomar alguna decisión en la que podemos perder o ganar bienes materiales. Buscamos la verdad con verdadero interés cuando algo  atañe a nuestro futuro temporal, pero somos menos escrupulosos a la hora  buscar la verdad sobre nuestro futuro eterno. Nos auto-conformamos con que “yo creo que es así”, y nos limitamos a obrar conforme a lo que creemos. Esto puede darnos alguna tranquilidad de conciencia al estar obrando conforme a lo que creemos, pero si lo que creemos es erróneo por no haber hecho las diligencias necesarias para conocer la verdad se nos podrá acusar de un error culpable, y el sentido común nos dice, y así aplicamos la justicia en este mundo, que los errores culpables tienen castigo. También Dios puede castigar los errores culpables cuando el no obrar conforme a sus preceptos es porque hemos querido conocer la verdad respecto a su doctrina. Tiene que ser desagradable para Dios que haya venido a la tierra en la persona de su Hijo para  enseñarnos lo que tenemos que hacer y que nosotros no le prestemos ninguna atención. Dicen que no hay mayor desprecio que el no hacer aprecio, y eso es lo que en definitiva hacemos con Dios cuando no despreciamos sus enseñanzas.

                    Diversos caminos para conocer la verdad 

  El camino de la fe.  Al hablar de la fe podemos hacerlo en dos sentidos: La fe humana y la fe religiosa. La fe humana es creer a quienes  nos dan la información, o confiar en otras personas. Creer a quienes nos dan la información es el  camino por el que empezamos a adquirir nuestros conocimientos y el más usado a lo largo de nuestra vida. Creemos a nuestros padres, a las personas de nuestro entorno, a los maestros en el colegio, y a los profesores en los centros de enseñanza, y con esta fe, con este creer a quienes nos dan información, recibimos la mayor parte de los conocimientos que poseemos. ¿A cuantos de estos les pedimos que nos demuestren que es verdad lo que nos dicen? Con frecuencia la fe en los demás nos ayuda más a conocer la verdad que la ciencia. Supongamos que yo voy paseando con un amigo, me da un desmayo y  pierdo el sentido.  Pasado éste desvanecimiento no queda en mi cuerpo señales de tal suceso. Si mi amigo dice que perdí el sentido y el médico lo niega porque en sus observaciones no encuentra pruebas de ello ¿quien estará en la verdad, el que cree a mi amigo o el que cree al científico? Ningún científico podrá conocer lo ocurrido por sus exploraciones y sin embargo mi amigo conoce la verdad aunque no pueda probarlo. No toda verdad puede ser probada por la ciencia.

 b) El camino de las experiencias propias o ajenas que nos son conocidas. Otra fuente del conocimiento de la verdad son nuestras propias experiencias. A base de aciertos y errores vamos adquiriendo una serie de conocimientos que nos llevan a aceptar como cierto unas cosas y a rechazar otras por considerarlas falsas, sin recurrir a demostraciones científicas. 

 c) El camino de la ciencia.  Se considera verdad científica aquella que ha sido contrastada por los científicos y admitida por todos ellos como tal. Muchas de las hipótesis que circulan como verdades científicas sólo son eso, hipótesis, es decir, que no todos los científicos admiten esa hipótesis como verdad científica porque hay puntos oscuros en su desarrollo. ¿Toda verdad científica es realmente una verdad infalible? No. Generalmente todos los investigadores aceptan que la verdad científica es solamente probable, transitoria e incompleta. El público en general piensa que dentro de la ciencia está toda la verdad, y fuera solo hay error, y no es así. Fuera de la ciencia hay verdades como catedrales de grandes, y dentro de ella hay errores que los mismos científicos se han  encargado de sacarlos a luz.  Como prueba de que  hay verdades aceptadas universalmente como verdades científicas y que más tarde se demostró su error se cita , entre otros muchos, el caso de las células diploides normales de la especie Homo sapiens. Durante mucho tiempo fue aceptado científicamente que tenían 48 cromosomas, hasta que en 1956 se demostró que en realidad solo poseemos 46. Y como este caso se pueden citar varios.

 d) El camino de la revelación. La revelación puede ser divina y humana. Es divina cuando quien hace la revelación es Dios y es humana cuando quien nos descubre algo que para nosotros estaba oculto es otra persona. La revelación divina consiste en que una divinidad o algún agente de esa divinidad descubre determinados hechos a determinadas personas y éstas los dan a conocer a los demás por medio de su palabra o de sus escritos. Para creer en la revelación divina  hay que creer primero que esa divinidad existe y que puede revelarnos cosas, y segundo hay que creer a la persona que dice haber recibido la revelación.

 e) El camino de la  verdad filosófica.- Laín  Entralgo nos habla en su libro Qué es el hombre del saber cierto y del saber incierto, o el saber de la evidencia  y el saber de la creencia. “El saber de la evidencia, dice,  es el que da ciencia, pero aparte de este saber está el de creencia que es un saber razonable que da la metafísica y la religión (meta ta physika= después de la física)  que es una rama de la filosofía que estudia la esencia del ser y de las cosas. Distingue así entre un saber racional, el de la ciencia y otros saberes razonables, el que da la metafísica. El saber racional, dice, es un saber cuya verdad se impone sin reservas a nuestra inteligencia. No contrapuesto a este saber , sino complementario a él, existe el saber razonable cuando sin lugar a la evidencia se nos muestra aceptable y convincente, e incluso sugestivo para admitir su aserto aunque la demostración racional no sea posible”.

 No es demostrable científicamente que Dios existe realmente,  pero un razonamiento lógico puede hacer ver que esta creencia es razonable y convincente, y mas cuando a este saber razonable se une el saber de la experiencia, el de hechos que inducen a creer en su existencia.

En el arte de combinar entre sí los saberes de la ciencia, de la evidencia y del razonamiento lógico está la clave de la armonía intelectual.

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